Por qué los grandes buques no se hunden con mal tiempo
El mal tiempo ha hundido más de 200 superpetroleros y portacontenedores de más de 200 metros de eslora en las dos últimas décadas. Los marineros que han sobrevivido a este tipo de encuentros tienen historias extraordinarias que contar. En febrero de 1995, el crucero Queen Elizabeth II se encontró con una ola rebelde de 29 metros de altura durante un huracán en el Atlántico Norte, que el capitán Ronald Warwick describió como «un gran muro de agua… parecía que íbamos a entrar en los Acantilados Blancos de Dover». «Y en la semana que va de febrero a marzo de 2001, dos cruceros turísticos de gran resistencia -el Bremen y el Caledonian Star- sufrieron la rotura de las ventanas del puente por olas de 30 metros en el Atlántico Sur, quedando el primer barco a la deriva sin navegación ni propulsión durante un periodo de dos horas.
«Los incidentes se produjeron con menos de mil kilómetros de diferencia», explica Wolfgang Rosenthal, científico principal del centro de investigación GKSS Forschungszentrum GmbH, situado en Geesthacht (Alemania), que lleva años estudiando las olas rebeldes. «Todos los sistemas electrónicos del Bremen se desconectaron al ir a la deriva en paralelo a las olas, y hasta que se volvieron a encender la tripulación pensó que podría haber sido su último día con vida». El mismo fenómeno podría haber hundido muchos barcos menos afortunados: cada semana se hunden una media de dos grandes buques, pero la causa nunca se estudia con el mismo detalle que un accidente aéreo. El 1 de enero de 1995, la plataforma petrolífera de Draupner, en el Mar del Norte, fue golpeada por una ola de 26 metros de altura, medida por un dispositivo láser a bordo, y las olas más altas alcanzaron los 12 metros.
Cómo funcionan los buques portacontenedores
El 23 de marzo de 2021, el portacontenedores Ever Given, uno de los mayores del mundo, con más de 18.000 contenedores y operado por la Evergreen Marine Corporation, se quedó atascado en el Canal de Suez, provocando un bloqueo de seis días y retrasos a cientos de buques. La Autoridad del Canal de Suez confiscó el barco tras liberarlo y reclamó unos 600 millones de dólares por los daños causados por el bloqueo del canal. El barco abandonó el canal tras cerrar un acuerdo de compensación en julio de 2021. Aunque aún no se ha contabilizado el total definitivo de las pérdidas ocasionadas por el bloqueo, los datos de la lista de Lloyd’s cifran en 9.600 millones de dólares diarios el coste del bloqueo.
La región que abarca el sur de China, Indochina, Indonesia y Filipinas fue la que registró el mayor número de pérdidas marítimas en 2020, con un total de 16, es decir, casi un tercio de las 49 pérdidas de 2020. Esta región ha sido la primera en pérdidas de buques durante la última década. La región del Mediterráneo Oriental y el Mar Negro ocupó el segundo lugar en cuanto a pérdidas de transporte marítimo en 2020, con siete pérdidas que representan el 14% de las pérdidas del año. También ocupa el segundo lugar en cuanto a pérdidas en la última década.
Hundimiento de un buque portacontenedores en Rotterdam
En diciembre y enero se producen más pérdidas que en otros meses porque las condiciones meteorológicas impredecibles o adversas hacen que muchos buques vuelquen. Otros motivos de pérdidas de buques son los equipos defectuosos o los errores humanos, que pueden ser un factor clave en las colisiones de buques. En 2018, un petrolero de crudo Sanchi colisionó con un buque de carga con bandera de Hong Kong. Esta colisión no solo provocó una fuga de 113.000 toneladas métricas de petróleo, sino que provocó la muerte de los 32 miembros de la tripulación del Sanchi, mientras que la tripulación del otro buque implicado fue rescatada. Se dice que la mala praxis de ambas tripulaciones provocó el desastre.
Los planes de seguros modernos comenzaron a finales del siglo XVII para repartir el riesgo de perder buques mercantes en el mar. El café Lloyd’s de Londres era un lugar de encuentro para que los marineros obtuvieran seguros y recibieran noticias marítimas. Este café acabaría convirtiéndose en Lloyd’s de Londres, uno de los mayores mercados de seguros del mundo. Lloyd’s sigue estando muy involucrado en el sector marítimo.
Barco hundido 2020
Más del 80% de las mercancías comercializadas en todo el mundo viajan en uno de los más de 90.000 buques de carga que surcan los océanos del mundo. Y en el centro de todo ello está el contenedor, uno de los inventos más importantes para el comercio mundial. Se calcula que actualmente hay entre 25 y 40 millones de contenedores en uso. Un número muy pequeño de ellos se perderá, ya sea por descuido o debido a la mala mar. Entonces, ¿qué ocurre con esos contenedores perdidos y qué tienen que ver los Lego, las zapatillas para correr y los patitos de goma?
Si tenemos en cuenta que en 2019 se enviaron un total casi inimaginable de 226 millones de TEU, no es de extrañar que, estadísticamente hablando, al menos algunos de ellos se pierdan en algún momento de su viaje. Durante mucho tiempo no estaba claro cuántos de estos contenedores caen por la borda cada año en promedio. Una estimación de 10.000 contenedores anuales es totalmente plausible, lo que significaría el equivalente a 27 contenedores perdidos cada día. Pero la situación no es tan grave.
Te invito a visitar mi blog, encontrarás diversas curiosidades sobre mi afición a los vehículos.